/ viernes 8 de octubre de 2021

Otra vez Cristóbal Colón

Otra vez Colón será el pretexto. El próximo martes 12 de octubre se celebrará a nivel mundial la llegada de Cristóbal Colón a América. Será esta fecha un nuevo motivo para que el presidente López Obrador insista en su reinterpretación de la historia. Las versiones que está presentando desde su gobierno, sobre la Fundación de Tenochtitlán, el Descubrimiento de América, la Conquista y la Independencia de México están evidentemente alteradas y manipuladas. Pecaríamos de ingenuidad si pensáramos que las acciones y discurso en torno a estas fechas históricas son un error. Antes de analizar porque este gobierno está cometiendo tantos disparates con nuestra historia, revisemos que ha pasado en cada caso.

Sobre la fundación de Tenochtitlán esta administración se atrevió a modificar las fechas que el consenso de historiadores ya tenía como día de la creación de esa gran ciudad. Todos los consensos la apuntan al 13 de mayo de 1325. Sin embargo, con el propósito de alinear el nacimiento de Tenochtitlán dentro de los términos de este sexenio, se celebró su Fundación el pasado 13 de mayo. Sobre este acto arbitrario, la mayoría de los historiadores han expresado su rechazo. Eduardo Matos Moctezuma, comentó: “Varias fuentes indican que la fundación (de Tenochtitlán) fue en el año 1325 y recalco esto porque ahora andan por ahí mencionando el año de 1321 y eso es una manipulación histórica”.

En el caso del descubrimiento de América vimos que Cristóbal Colón fue expulsado de Paseo de la Reforma. No tratare en esta ocasión de defender la vida del navegante. Lo que sí es importante destacar es el hecho simbólico de qué este gobierno intente denigrar la herencia española del pueblo mexicano. En este caso Claudia Sheinbaum dijo “Esta visión que todos aprendimos (en la escuela) del descubrimiento de América como si América no existiera antes de que llegara Colón”. Claro que físicamente existía este continente y tal vez, otros navegantes habían llegado accidentalmente a sus costas, pero es un hecho incuestionable que Colón fue el primero en ir y regresar, trazando rutas de navegación que no se conocían e hizo visible a América en Europa. Tan importante fue su descubrimiento que marco el fin de la Edad Media y el inicio de la Edad Moderna.

Por lo que respecta a la conquista de Tenochtitlán, nuestro gobierno se ha empeñado en hacer parecer este hecho como ofensivo para la Nación, del que España debe disculparse, cuando ese país no existía en el momento en que Hernán Cortés y sus acompañantes tomaron Tenochtitlán. Si alguien les hubiera preguntado de dónde venían, ellos seguramente habrían respondido que del reino de Castilla. También, se omite decir, que el ejército que tomó Tenochtitlán, estaba compuesto por alrededor de 99,000 soldados indígenas enemigos de los aztecas y solamente 1000 españoles comandados por Cortés. En realidad los aztecas eran repudiados por el resto de los habitantes de Mesoamérica por su crueldad y ceremonias sangrientas. Tenochtitlán no era México, era solo una ciudad rodeada de enemigos, no existía una identidad nacional, ni siquiera la misma lengua o religión. Seguramente los primeros mestizos tuvieron una identidad más sana que nuestras generaciones, orgullosos de sus padres y madres, sin ver conflicto en ello.

Y sobre la Consumación del Independencia, observamos la intención de disminuir la importancia de personajes que figuraron en ese histórico hecho como Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú. López Obrador, señaló por ejemplo a Agustín de Iturbide y a Santa Anna como líderes conservadores, puesto que olvidaron a los liberales como Vicente Guerrero en la firma del acta de Independencia y que la entrada del Ejército Trigarante fue una “celebración de la élite”. Si bien fue cierto que Guerrero no firmo en la carta de Independencia y no marcho al frente del Ejercito Trigarante, también lo es el hecho de que los movimientos de Guerrero y de Guadalupe Victoria, estaban para esas fechas muy disminuidos, por lo que la Independencia solo podía darse desde las fuerzas que representaba Iturbide.

Las narrativas históricas están plagadas de símbolos; héroes, villanos, triunfos, derrotas modelos a seguir, anhelos, ilusiones, enojo y hasta odio. Por eso decía en las primeras líneas de este artículo que tanto disparate en la interpretación de lo sucedido en nuestro pasado no podía ser error. Lo que está haciendo este gobierno es usar nuestra historia, que es un elemento fundamental de la cultura que nos une como mexicanos, para alimentar una realidad maniquea que aliente el odio y desunión, generando amplias bases de ciudadanos que se identifiquen con el grupo gobernante a partir de esa incorrecta interpretación histórica.

El presidente está reinterpretando la historia nacional para imponer una versión que divida a los mexicanos en vez de unirlos, que aliente el resentimiento y la fragmentación social con el único propósito de fortalecer su imagen. Éste 12 de octubre, continuará con su tarea de imponer, desde el poder, una nueva narrativa de odio. El pretexto será OTRA VEZ COLÓN.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación.