/ miércoles 13 de enero de 2021

Pandemia, verificación de datos e infodemia

Por: David Díaz Rascón


Este año será recordado como un antes y un después, y la pandemia posiblemente como el hecho con más impacto global durante los últimos veinte años. El colapso por el SARS-CoV-2 se equipará, y tal vez supere, al observado por la caída de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.

Hasta este fin de año, la previsible muerte de 1.67 millones de personas, el contagio de casi 80 millones más, el confinamiento de cientos de millones como la única forma eficaz de prevención, han sido los signos de estos tiempos. La cuestionada gestión de la pandemia ha señalado a varios gobiernos como ineficaces. Para los ciudadanos de los Estados Unidos, con sus más de 300 mil víctimas, por las encuestas pre y post electorales se determinó que fue uno de los motivos principales para no votar por la reelección de Donald Trump. Ya se le compara por encima de la cruenta Segunda Guerra Mundial con 294 mil muertes estadounidenses en 3 años y medio de batalla. En México finalizaremos el año 2020 con más de 120 mil fallecidos por Covid-19, según los registros oficiales, y otras entre 60 y 110 mil víctimas posibles o asociadas, de acuerdo al excedente de muertes esperadas para este año.

En el ámbito social, el nacimiento y veloz difusión viral de informaciones pseudocientíficas y mitos conspiracionistas dieron origen al nombre de “infodemia”, la cual se entiende como el creciente volumen de noticias falsas que por el esfuerzo de algunos grupos de personas se diseminan instantáneamente por todo el orbe, vía redes sociales. Las noticias falsas, fake news o bulos generan confusión y desconfianza hacia los organismos de salud, las universidades, los gobiernos y el propio sentido común. En América Latina, en 2018 solamente el 22% de los ciudadanos confiaban en sus gobiernos y con el disparo de la crisis de salud, los índices sufrirán una caída mayor.

Por redes sociales se difunden absurdos como asociar a la pandemia con la nueva red 5G, intoxicación de dióxido de carbono por el uso de cubrebocas y la “conspiración de los oxímetros”. También absurdos como las versiones de que los funcionarios de salud pagan sumas que van de los 2 mil a los 30 mil pesos a familiares de fallecidos para que afirmen que sus parientes murieron por coronavirus. Lo anterior para “incrementar las cifras para obligar a las personas a confinarse”. En esas mismas redes se acusa en automático a quien las desmienta como “siervos de Bill Gates y Carlos Slim”.

Este año, la libertad de expresión se somete a una tensión inédita ante la necesidad de verificar datos y a ello no han contribuido suficientemente las instituciones gubernamentales y académicas, las cuales llevan el peso de esta obligación. Normalmente se omite informar el excedente de fallecidos durante el año 2020. En comparación a las cifras del 2015 al 2019 tendremos un excedente de 250 mil víctimas y la única causa nueva es la enfermedad Covid-19. Las cifras reales, añade la Universidad de Washington, podrían superar los 280 mil individuos para finales de marzo del 2021.

Es imperativo contar con un sistema de verificación de datos que esclarezca los números reales, las vacunas, políticas públicas de salud, promoción ilegal de “remedios milagrosos” y sobre todo qué se hará desde el gobierno y las instituciones públicas y privadas para prevenir un futuro evento de la misma naturaleza. Reformas legales e institucionales necesarias deberán ser puestas en marcha si es que algo hemos aprendido de esta dura y prolongada prueba social.

*Colaborador de CASEDE y coordinador del grupo de investigación avanzada Justicia, Comunicación e Identidad de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Twitter: @diaz.red

Por: David Díaz Rascón


Este año será recordado como un antes y un después, y la pandemia posiblemente como el hecho con más impacto global durante los últimos veinte años. El colapso por el SARS-CoV-2 se equipará, y tal vez supere, al observado por la caída de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.

Hasta este fin de año, la previsible muerte de 1.67 millones de personas, el contagio de casi 80 millones más, el confinamiento de cientos de millones como la única forma eficaz de prevención, han sido los signos de estos tiempos. La cuestionada gestión de la pandemia ha señalado a varios gobiernos como ineficaces. Para los ciudadanos de los Estados Unidos, con sus más de 300 mil víctimas, por las encuestas pre y post electorales se determinó que fue uno de los motivos principales para no votar por la reelección de Donald Trump. Ya se le compara por encima de la cruenta Segunda Guerra Mundial con 294 mil muertes estadounidenses en 3 años y medio de batalla. En México finalizaremos el año 2020 con más de 120 mil fallecidos por Covid-19, según los registros oficiales, y otras entre 60 y 110 mil víctimas posibles o asociadas, de acuerdo al excedente de muertes esperadas para este año.

En el ámbito social, el nacimiento y veloz difusión viral de informaciones pseudocientíficas y mitos conspiracionistas dieron origen al nombre de “infodemia”, la cual se entiende como el creciente volumen de noticias falsas que por el esfuerzo de algunos grupos de personas se diseminan instantáneamente por todo el orbe, vía redes sociales. Las noticias falsas, fake news o bulos generan confusión y desconfianza hacia los organismos de salud, las universidades, los gobiernos y el propio sentido común. En América Latina, en 2018 solamente el 22% de los ciudadanos confiaban en sus gobiernos y con el disparo de la crisis de salud, los índices sufrirán una caída mayor.

Por redes sociales se difunden absurdos como asociar a la pandemia con la nueva red 5G, intoxicación de dióxido de carbono por el uso de cubrebocas y la “conspiración de los oxímetros”. También absurdos como las versiones de que los funcionarios de salud pagan sumas que van de los 2 mil a los 30 mil pesos a familiares de fallecidos para que afirmen que sus parientes murieron por coronavirus. Lo anterior para “incrementar las cifras para obligar a las personas a confinarse”. En esas mismas redes se acusa en automático a quien las desmienta como “siervos de Bill Gates y Carlos Slim”.

Este año, la libertad de expresión se somete a una tensión inédita ante la necesidad de verificar datos y a ello no han contribuido suficientemente las instituciones gubernamentales y académicas, las cuales llevan el peso de esta obligación. Normalmente se omite informar el excedente de fallecidos durante el año 2020. En comparación a las cifras del 2015 al 2019 tendremos un excedente de 250 mil víctimas y la única causa nueva es la enfermedad Covid-19. Las cifras reales, añade la Universidad de Washington, podrían superar los 280 mil individuos para finales de marzo del 2021.

Es imperativo contar con un sistema de verificación de datos que esclarezca los números reales, las vacunas, políticas públicas de salud, promoción ilegal de “remedios milagrosos” y sobre todo qué se hará desde el gobierno y las instituciones públicas y privadas para prevenir un futuro evento de la misma naturaleza. Reformas legales e institucionales necesarias deberán ser puestas en marcha si es que algo hemos aprendido de esta dura y prolongada prueba social.

*Colaborador de CASEDE y coordinador del grupo de investigación avanzada Justicia, Comunicación e Identidad de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Twitter: @diaz.red