México vive una intensa etapa de cambios en la que el Poder Judicial en el orden federal y local no puede ni debe permanecer impávido ni ajeno. Y así lo entendió el ministro Arturo Zaldívar cuando se postuló como presidente de la Corte, obteniendo el respaldo de sus compañeras y compañeros ministros al presentar un ambicioso y completo plan de trabajo.
Desde hace poco más de un año, el queretano ha encabezado cambios visibles y radicales al interior del Poder Judicial de la Federación, respondiendo de manera inmediata a críticas, señalamientos y exigencias de la población.
Su activismo en twitter, colaboración en medios impresos y declaraciones a la prensa han roto con el tabú que había caracterizado a sus antecesores al frente de la Corte, cuyas personas sólo eran vistas en ocasiones protocolarias y su voz raramente escuchada.
Los tiempos en el Poder Judicial Federal han cambiado.
Jueces inhabilitados y suspendidos por comportamientos inadecuados, examen y control bianual de impartidores de justicia, fiscalización de cuentas personales, castigo al nepotismo y compadrazgo y máxima eficiencia en el ejercicio de recursos públicos, son algunas de las características de los nuevos tiempos.
Pero no sólo se trata de cambios en el orden interno, sino que la voz de los impartidos de justicia también ha sido bien escuchada en los espacios legislativos como el Senado de la República, en donde el conocimiento del Ministro Presidente encontró eco en la experiencia y capacidad del presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila, quien logró atemperar iniciativas de colaboradores presidenciales que evidentemente contenían medidas inconstitucionales e iban en contra del interés público.
Y es que el zacatecano ha honrado la palabra que empeñó en octubre pasado, cuando sentó en una misma mesa a los representantes de los tres Poderes de la Unión para consensuar la reforma del Poder Judicial, ofreciendo que cualquier cambio debía ser dialogado y perfeccionado por todos.
De ahí que vaya a ser hasta los primeros días de febrero cuando el Poder Ejecutivo Federal presente formalmente sus propuestas de cambio en materia de procuración y administración de justicia.
Se trata de una ventaja que ha permitido el activismo del Ministro Arturo Zaldívar, quien siendo el presidente del Consejo de la Judicatura Federal ha ordenado cero impunidad, revisión exhaustiva de comportamientos que pueden constituir delitos y máximo control en el manejo de recursos.
Y es que hasta hace no mucho tiempo, los mexicanos nos enterábamos que el Consejo de la Judicatura compraba y rentaba inmuebles como si se tratara de una inmobiliaria, lo cual evidentemente era una desviación de su función auxiliadora de los órganos de impartición de justicia. Pero actualmente las cosas se están enderezando.
Grandes retos tienen frente a sí México y el Poder Judicial Federal, pero este último representa un capital humano de justicia que mucho necesita nuestro país y que el Ministro Zaldívar ha puesto al alcance del mexicano de a pie. Avancemos en esa ruta.
@jlcamachov