/ lunes 3 de enero de 2022

Retos para la relación México-Estados Unidos

Juan Manuel Aguilar Antonio


El pasado 14 de diciembre, el Canciller Marcelo Ebrard, recibió en las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Ícela Rodríguez Velázquez, al Embajador de los Estados Unidos de América en México, Ken Salazar, y al resto del Grupo de Alto Nivel en Seguridad para la revisión del plan de acción Entendimiento Bicentenario.

La reunión es trascendente en el ámbito de la agenda de seguridad México-Estados Unidos, a razón de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, y el Canciller Ebrard, la han vendido a los medios y la opinión pública como una nueva era de cooperación en el ámbito de la relación bilateral y como el nuevo plan que sustituye a la Iniciativa Mérida, creada en el sexenio de Felipe Calderón.

La reunión culminó con la instalación de cinco subgrupos de trabajo que vuelven operativo el Entendimiento Bicentenario y la nueva visión de seguridad entre México y los Estados Unidos. La agenda se centró en temas como el combate al tráfico de fentanilo y armas, la persecución de redes criminales, reducción de asesinatos, y una visión más integral para combatir el tráfico de droga, que incluye políticas de seguridad, y de forma innovadora, políticas de salud y prevención de adicciones, un enfoque poco tratado para el combate de narcotráfico en México. No obstante, tres grupos destacan por el contexto y posibilidades de acción en este 2022:

  • El subgrupo abocado a «Perseguir a las redes criminales», en el que se plantearon acciones de cooperación para interrumpir redes financieras, desarrollar capacidades de investigación y persecución de delitos financieros, así como avanzar en materia de extradiciones. El eje debe analizarse enmarcado en dos eventos polémicos recientes, el primero corresponde a las declaraciones en torno a la presencia de agentes de la DEA en México y la autorización de su presencia y visas de trabajo por parte de la SRE, que forma parte de una política del Gobierno Federal de regular más el control de la presencia de los integrantes de esta agencia en el país. Este mismo punto, también debe enmarcarse en la polémica existente entre los operadores de la Fiscalía General de la República y la salida aún fresca del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, que dejan dudas, la capacidad del marco nacional para combatir el crimen organizado.
  • El subgrupo de trabajo denominado «Proteger a nuestra gente», en él se plantean una combinación de políticas se salud y seguridad pública para disminuir el uso de sustancias ilícitas, con el especial énfasis al fentanilo, el fomento a comunidades seguras, y la reducción a la impunidad en delitos de alto impacto. Lo anterior, se asocia a la crisis de los opiáceos y al auge de la ruta del Pacífico para su trasiego, que ha puerto en tensión entidades en México como Michoacán, Zacatecas, Jalisco y Guanajuato. A la par de cuásar estragos en las cifras de muertes por sobredosis en los Estados Unidos, por sobredosis de fentanilo, en el que Centro Nacional de Estadísticas de Salud de EE.UU. estima pueden atribuírsele más del 70% de los decesos.
  • Por último, destaca el subgrupo de trabajo enfocado a prevenir crímenes transfronterizos entre México y los Estados Unidos, su agenda de trabajo se centrará en definir objetivos y actividades prioritarias en el combate al tráfico de armas y de fentanilo, entre otros, a través de los pasos fronterizos terrestres, aéreos y marítimos. Lo trascendental de este acuerdo, es que los países ponen al mismo nivel sus prioridades: el control del tráfico de fentanilo, para EUA, y el control de armas, para México. Un grupo de trabajo avocado en esta medida, resalta los éxitos políticos del litigio estratégico del Canciller Ebrard impuesto ante un tribunal en Massachusetts, en septiembre de 2020, y la agenda de nuestro país contra el tráfico de armas en la Organización de las Naciones Unidas, a cargo del Embajador Juan Ramón de la Fuente.

En este marco, la agenda de seguridad México-Estados Unidos parece tener varios puntos de éxito para las problemáticas comunes. Hará falta ver como inicia esta nueva operación de la nueva relación y como se operacionaliza en los hechos.

Juan Manuel Aguilar Antonio


El pasado 14 de diciembre, el Canciller Marcelo Ebrard, recibió en las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Ícela Rodríguez Velázquez, al Embajador de los Estados Unidos de América en México, Ken Salazar, y al resto del Grupo de Alto Nivel en Seguridad para la revisión del plan de acción Entendimiento Bicentenario.

La reunión es trascendente en el ámbito de la agenda de seguridad México-Estados Unidos, a razón de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, y el Canciller Ebrard, la han vendido a los medios y la opinión pública como una nueva era de cooperación en el ámbito de la relación bilateral y como el nuevo plan que sustituye a la Iniciativa Mérida, creada en el sexenio de Felipe Calderón.

La reunión culminó con la instalación de cinco subgrupos de trabajo que vuelven operativo el Entendimiento Bicentenario y la nueva visión de seguridad entre México y los Estados Unidos. La agenda se centró en temas como el combate al tráfico de fentanilo y armas, la persecución de redes criminales, reducción de asesinatos, y una visión más integral para combatir el tráfico de droga, que incluye políticas de seguridad, y de forma innovadora, políticas de salud y prevención de adicciones, un enfoque poco tratado para el combate de narcotráfico en México. No obstante, tres grupos destacan por el contexto y posibilidades de acción en este 2022:

  • El subgrupo abocado a «Perseguir a las redes criminales», en el que se plantearon acciones de cooperación para interrumpir redes financieras, desarrollar capacidades de investigación y persecución de delitos financieros, así como avanzar en materia de extradiciones. El eje debe analizarse enmarcado en dos eventos polémicos recientes, el primero corresponde a las declaraciones en torno a la presencia de agentes de la DEA en México y la autorización de su presencia y visas de trabajo por parte de la SRE, que forma parte de una política del Gobierno Federal de regular más el control de la presencia de los integrantes de esta agencia en el país. Este mismo punto, también debe enmarcarse en la polémica existente entre los operadores de la Fiscalía General de la República y la salida aún fresca del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, que dejan dudas, la capacidad del marco nacional para combatir el crimen organizado.
  • El subgrupo de trabajo denominado «Proteger a nuestra gente», en él se plantean una combinación de políticas se salud y seguridad pública para disminuir el uso de sustancias ilícitas, con el especial énfasis al fentanilo, el fomento a comunidades seguras, y la reducción a la impunidad en delitos de alto impacto. Lo anterior, se asocia a la crisis de los opiáceos y al auge de la ruta del Pacífico para su trasiego, que ha puerto en tensión entidades en México como Michoacán, Zacatecas, Jalisco y Guanajuato. A la par de cuásar estragos en las cifras de muertes por sobredosis en los Estados Unidos, por sobredosis de fentanilo, en el que Centro Nacional de Estadísticas de Salud de EE.UU. estima pueden atribuírsele más del 70% de los decesos.
  • Por último, destaca el subgrupo de trabajo enfocado a prevenir crímenes transfronterizos entre México y los Estados Unidos, su agenda de trabajo se centrará en definir objetivos y actividades prioritarias en el combate al tráfico de armas y de fentanilo, entre otros, a través de los pasos fronterizos terrestres, aéreos y marítimos. Lo trascendental de este acuerdo, es que los países ponen al mismo nivel sus prioridades: el control del tráfico de fentanilo, para EUA, y el control de armas, para México. Un grupo de trabajo avocado en esta medida, resalta los éxitos políticos del litigio estratégico del Canciller Ebrard impuesto ante un tribunal en Massachusetts, en septiembre de 2020, y la agenda de nuestro país contra el tráfico de armas en la Organización de las Naciones Unidas, a cargo del Embajador Juan Ramón de la Fuente.

En este marco, la agenda de seguridad México-Estados Unidos parece tener varios puntos de éxito para las problemáticas comunes. Hará falta ver como inicia esta nueva operación de la nueva relación y como se operacionaliza en los hechos.