/ lunes 25 de julio de 2022

Vivir sobre una mina ¿es vivir con bienestar?

Una de las críticas que esta administración ha hecho a los gobiernos anteriores, es por el llamado boom inmobiliario que permitió construcciones y desarrollos aunque no cumplieran con la ley o con criterios sustentables, pues eso pone en riesgo el patrimonio de la gente y sobre todo su integridad o hasta su vida.

A pesar de eso, se decidió reactivar el conocido SAC TACUBAYA para hacer uso de las aportaciones económicas de aproximadamente 17 desarrollos para remodelar el CETRAM y anunciar el proyecto de vivienda a fondo perdido que realizaría el INVI para beneficiar a las familias de la llamada Ciudad Perdida de Tacubaya.

Anunciaba el Gobierno de la CDMX que era ¡El pago de una deuda histórica! Por eso se usaría el dinero del SAC para crear vivienda con un costo de obra aproximado de 760 mil pesos, pero con valor real entre 2.5 y 3 millones de pesos, que mejoraría la calidad de vida de las familias que vivían bajo techos de lámina.

Mucha expectativa generó entre los vecinos, pues el proyecto era para dignificar las condiciones de vida en la zona, ya que también se financió un espacio conocido como PILARES.

Sin embargo, ahora los vecinos dicen que les construyeron un “castillo en el aire” pues debajo de la unidad habitacional de 16 torres y 185 departamentos hay un abismo de incertidumbre al hallarse una mina que, además, intentaron rellenar con material sobrante de la construcción. ¿Casualidad o negligencia?

Lamentablemente el INVI no ha mostrado los estudios que señalen la seguridad para poder construir sobre la mina sin que se pensara en un sistema de relleno para dar solidez a la unidad.

Independientemente que existen responsables tanto de servidores públicos del INVI como de quienes ejecutaron la obra, por omitir esa información y poner en riesgo a tantas personas; se puso al descubierto el falso respeto y cumplimiento de la ley en esta administración, pues esta es una de las prácticas que no se repetirían, sin embargo, intentaron sepultar el secreto, confiando nunca ser descubiertos.

El menor de los problemas para el gobierno, será demostrar que la constitución es segura y no pone en riesgo el patrimonio o la vida de las personas; pues hay un reto mayor, y será recuperar credibilidad, pues estamos por comenzar un proceso de consulta para la Planeación de la Ciudad a 15 años.

Cómo diría la sabiduría popular en Tacubaya, ¡ya se les hizo bolas el engrudo! pues, por más que intenten declaración tras declaración, los hechos son evidentes y hablan por sí mismos. Con este y otros ejemplos en materia de obra y desarrollos que ejecuta el gobierno, queda claro es que su fuerte no es la planeación ni la construcción de Ciudad.

Hablando de planeación, prefieren seguir plantear utopías, confiando que mágicamente se resolverán los hundimientos, el desabasto de agua y otros problemas, sin emprender acciones concretas. Su idea base para el desarrollo, es el potencial de PILARES y del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles para garantizar la prosperidad de la CDMX,

Como ciudadanos, debemos exigir de la autoridad ejercicios serios y responsables, no basta una palabra empeñada, ni es suficiente tomar por bandera la transparencia; pues en la realidad, la opacidad, la serie de acuerdos y facilidades en beneficio de construcciones, exponen el verdadero boom inmobiliario que se ejecuta todos los días al amparo de la reactivación económica, pero compromete los recursos y el medio ambiente de nuestra ciudad.

En otras palabras, en el Palacio del Ayuntamiento han perdido la brújula del ordenamiento territorial, dejando al garete el desarrollo inmobiliario, pues se empeñan en proyectar sin sustento, la ciudad que este gobierno quiere, y no la que todas y todos merecemos y que heredaremos a las futuras generaciones.


Una de las críticas que esta administración ha hecho a los gobiernos anteriores, es por el llamado boom inmobiliario que permitió construcciones y desarrollos aunque no cumplieran con la ley o con criterios sustentables, pues eso pone en riesgo el patrimonio de la gente y sobre todo su integridad o hasta su vida.

A pesar de eso, se decidió reactivar el conocido SAC TACUBAYA para hacer uso de las aportaciones económicas de aproximadamente 17 desarrollos para remodelar el CETRAM y anunciar el proyecto de vivienda a fondo perdido que realizaría el INVI para beneficiar a las familias de la llamada Ciudad Perdida de Tacubaya.

Anunciaba el Gobierno de la CDMX que era ¡El pago de una deuda histórica! Por eso se usaría el dinero del SAC para crear vivienda con un costo de obra aproximado de 760 mil pesos, pero con valor real entre 2.5 y 3 millones de pesos, que mejoraría la calidad de vida de las familias que vivían bajo techos de lámina.

Mucha expectativa generó entre los vecinos, pues el proyecto era para dignificar las condiciones de vida en la zona, ya que también se financió un espacio conocido como PILARES.

Sin embargo, ahora los vecinos dicen que les construyeron un “castillo en el aire” pues debajo de la unidad habitacional de 16 torres y 185 departamentos hay un abismo de incertidumbre al hallarse una mina que, además, intentaron rellenar con material sobrante de la construcción. ¿Casualidad o negligencia?

Lamentablemente el INVI no ha mostrado los estudios que señalen la seguridad para poder construir sobre la mina sin que se pensara en un sistema de relleno para dar solidez a la unidad.

Independientemente que existen responsables tanto de servidores públicos del INVI como de quienes ejecutaron la obra, por omitir esa información y poner en riesgo a tantas personas; se puso al descubierto el falso respeto y cumplimiento de la ley en esta administración, pues esta es una de las prácticas que no se repetirían, sin embargo, intentaron sepultar el secreto, confiando nunca ser descubiertos.

El menor de los problemas para el gobierno, será demostrar que la constitución es segura y no pone en riesgo el patrimonio o la vida de las personas; pues hay un reto mayor, y será recuperar credibilidad, pues estamos por comenzar un proceso de consulta para la Planeación de la Ciudad a 15 años.

Cómo diría la sabiduría popular en Tacubaya, ¡ya se les hizo bolas el engrudo! pues, por más que intenten declaración tras declaración, los hechos son evidentes y hablan por sí mismos. Con este y otros ejemplos en materia de obra y desarrollos que ejecuta el gobierno, queda claro es que su fuerte no es la planeación ni la construcción de Ciudad.

Hablando de planeación, prefieren seguir plantear utopías, confiando que mágicamente se resolverán los hundimientos, el desabasto de agua y otros problemas, sin emprender acciones concretas. Su idea base para el desarrollo, es el potencial de PILARES y del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles para garantizar la prosperidad de la CDMX,

Como ciudadanos, debemos exigir de la autoridad ejercicios serios y responsables, no basta una palabra empeñada, ni es suficiente tomar por bandera la transparencia; pues en la realidad, la opacidad, la serie de acuerdos y facilidades en beneficio de construcciones, exponen el verdadero boom inmobiliario que se ejecuta todos los días al amparo de la reactivación económica, pero compromete los recursos y el medio ambiente de nuestra ciudad.

En otras palabras, en el Palacio del Ayuntamiento han perdido la brújula del ordenamiento territorial, dejando al garete el desarrollo inmobiliario, pues se empeñan en proyectar sin sustento, la ciudad que este gobierno quiere, y no la que todas y todos merecemos y que heredaremos a las futuras generaciones.