/ martes 12 de enero de 2021

Ajo y Agua | Sólo el tiempo lo dirá

Tengo lista la maquinaria para, en un futuro no muy lejano, aceptar una propuesta o un proyecto interesante y atractivo. No quiero dejar pasar más tiempo para emprender otras aventuras o desafíos que me permitan seguir transmitiendo a los jóvenes jugadores lo que tanto aprendí en mi trayectoria como futbolista y como entrenador.

La pandemia del Covid-19 me ha hecho reflexionar de una manera muy profunda, y lo que más me gusta en esta vida es jugar futbol, dirigir a un equipo y posteriormente ser analista y comentarista.

Tampoco descarto que en un futuro, cuando termine mi etapa como director técnico, ser directivo.

Al encontrarme en una edad en la que todavía me siento con fuerzas y con la ilusión de extender todavía más mi curriculum como director técnico. No quiero dejar pasar más tiempo como para emprender otras aventuras o desafíos que me permitan seguir transmitiendo a los jóvenes jugadores lo que tanto aprendí como futbolista y como entrenador.

Cuando Jesús Ramírez me llamó para regresar a la dirección técnica de Pumas, la pandemia estaba en su ebullición, y siempre he valoro más a mi familia que al futbol en general.

Me hizo reflexionar, y ahora que las vacunas están solucionando el problema, me regresaron las ganas de dirigir un equipo en el que pueda conseguir más metas y más objetivos, que en este caso serían más títulos.

Si no se presentó en este momento el dirigir a Cruz Azul, por diferentes circunstancias, es porque siempre me ha gustado dejarme empujar por el destino, que ya está establecido.

Y si Dios no quiso que fuera así, es debido a lo que estamos viviendo con la propagación de la pandemia.

Pero no descarto, en un futuro cercano, aceptar una propuesta o un proyecto interesante y atractivo.

Los tiempos en la actualidad, entre la pandemia y las problemáticas que esto ha creado a nivel mundial, invitan a tener más paciencia y esperar el momento oportuno para continuar con lo que más me gusta ahora, que es dirigir.

Tengo lista la maquinaria para cualquier equipo de México, del continente americano, del continente europeo o del mundo que me quiera contratar.

Deseo seguir disfrutando de lo que más me ha gustado en todo el mundo, que es el futbol, obviamente, siempre acompañado de mi familia y de mis amigos.

En la actualidad me encuentro en Madrid, debido a que mis hijas querían cursar la Universidad aquí. Estamos muy a gusto, ya que las veo muy contentas de emprender otra aventura en esta nueva etapa de sus vidas.

Mientras, yo me estoy actualizando en cuanto a los métodos, estrategias y tácticas de cómo se maneja el futbol aquí en Europa, sobre todo en España, Inglaterra, Francia, Alemania e Italia.

Algo que me está llamando mucho la atención es que la intensidad con la que se juegan los partidos en Europa es cada vez es mayor.

El futbol es el mismo en cuanto a reglamento se refiere y en cuanto al espíritu que significa. Pero la preparación física, técnica, táctica y estratégica ha mejorado tanto que el aspecto mental también es esencial aquí.

El clima tiene mucho que ver en Europa, donde se juega con los campos preparados para que el balón corra mucho más deprisa, regando el césped antes de cada partido.

Algunos países ya no necesitan hacerlo con este invierno crudo, sobre todo en España, donde este fin de semana han caído nevadas muy intensas.

Por ello debemos valorar la dificultad que encuentran todos los equipos y el riesgo físico al que se exponen cada uno de los participantes, sobre todo porque la pandemia no ha finalizado y porque siguen los protocolos sanitarios ante el riesgo de un posible contagio.

Todo lo anterior hace que el futbol en el mundo siga siendo un atractivo visual o de entretenimiento en estas épocas difíciles que estamos viviendo.

Que el futbol sirva de distracción y de espectáculo, pero también hay que valorar el esfuerzo de todas las personas que están trabajando en los hospitales para proteger y curar a tanta gente en estos tiempos difíciles, arriesgando, incluso, su propia salud.

Toda esa gente hace lo necesario para que el mundo siga rodando, por lo que hay que felicitarlos y agradecerles que aun arriesgando su integridad física siguen colaborando y contribuyendo para que esta problemática, que está por terminar, sea lo menos dolorosa posible.

¡Qué te lo digo yo!