/ martes 19 de febrero de 2019

AMLO convencido de la innata bondad del pueblo

AMLO ha sido muy enfático en sostener que no se van a “confrontar” con las poblaciones en donde roban combustibles y asegura que no va a haber “represión”.

Nuestro Presidente padece una grave confusión: él está convencido de que utilizar la fuerza pública para impedir la flagrante comisión de delitos, como el robo de gasolinas por grupos sociales o el vandalismo de la CNTE.

En su concepción, si el pueblo tiene resueltas sus necesidades básicas, ya no tendrá necesidad de delinquir. Sobre el asunto del huachicoleo declaró: “La decisión que se ha tomado en todo lo que tiene que ver con la política de seguridad es atender primero las causas que originan los hechos ilícitos. NO SE RESUELVEN CON MEDIDAS COERCITIVAS, por eso se agravó la situación en el país. Nosotros VAMOS A SEGUIR CONVENCIENDO, PERSUADIENDO A LA GENTE”.

Renuncia así por completo, en las declaraciones y en los hechos, al uso legítimo de la fuerza pública aun ante la comisión de flagrantes acciones delictivas, como la que se presenta con el excesivamente pernicioso y prolongado bloqueo de la CNTE a las vías del ferrocarril en el puerto Lázaro Cárdenas. AMLO está plenamente convencido tanto de la magia del diálogo, aun con quienes actúan de mala fe, como de que el pueblo bueno, con sus necesidades de subsistencia resueltos, no volverá a incurrir en actos delictivos.

Por ello tiene absoluta confianza en que con el reforzamiento de los problemas sociales que ya se aplicaban y con la implantación de sus nuevos programas de apoyo, el pueblo ya tendrá resueltas sus necesidades básicas y con ello se superará el problema del saqueo de gasolinas o al menos el solidario apoyo que muchos pueblos están brindando a los huachicoleros. Así ya no será necesario recurrir al uso legítimo de la fuerza pública.

Ese encadenamiento de ideas es lo único que pudiera imprimirle algún rasgo de racionalidad a la sumamente costosa y contraproducente estrategia de cerrar los ductos esperando que la derrama de beneficios sociales sobre las comunidades vinculadas al huachicoleo revierta el comportamiento de las poblaciones que ahora lo protegen e impulsan.

amartinezv@derecho.unam.mx

@AlejoMVendrell

AMLO ha sido muy enfático en sostener que no se van a “confrontar” con las poblaciones en donde roban combustibles y asegura que no va a haber “represión”.

Nuestro Presidente padece una grave confusión: él está convencido de que utilizar la fuerza pública para impedir la flagrante comisión de delitos, como el robo de gasolinas por grupos sociales o el vandalismo de la CNTE.

En su concepción, si el pueblo tiene resueltas sus necesidades básicas, ya no tendrá necesidad de delinquir. Sobre el asunto del huachicoleo declaró: “La decisión que se ha tomado en todo lo que tiene que ver con la política de seguridad es atender primero las causas que originan los hechos ilícitos. NO SE RESUELVEN CON MEDIDAS COERCITIVAS, por eso se agravó la situación en el país. Nosotros VAMOS A SEGUIR CONVENCIENDO, PERSUADIENDO A LA GENTE”.

Renuncia así por completo, en las declaraciones y en los hechos, al uso legítimo de la fuerza pública aun ante la comisión de flagrantes acciones delictivas, como la que se presenta con el excesivamente pernicioso y prolongado bloqueo de la CNTE a las vías del ferrocarril en el puerto Lázaro Cárdenas. AMLO está plenamente convencido tanto de la magia del diálogo, aun con quienes actúan de mala fe, como de que el pueblo bueno, con sus necesidades de subsistencia resueltos, no volverá a incurrir en actos delictivos.

Por ello tiene absoluta confianza en que con el reforzamiento de los problemas sociales que ya se aplicaban y con la implantación de sus nuevos programas de apoyo, el pueblo ya tendrá resueltas sus necesidades básicas y con ello se superará el problema del saqueo de gasolinas o al menos el solidario apoyo que muchos pueblos están brindando a los huachicoleros. Así ya no será necesario recurrir al uso legítimo de la fuerza pública.

Ese encadenamiento de ideas es lo único que pudiera imprimirle algún rasgo de racionalidad a la sumamente costosa y contraproducente estrategia de cerrar los ductos esperando que la derrama de beneficios sociales sobre las comunidades vinculadas al huachicoleo revierta el comportamiento de las poblaciones que ahora lo protegen e impulsan.

amartinezv@derecho.unam.mx

@AlejoMVendrell