/ martes 28 de mayo de 2019

El aborto en México y El Salvador

El delito de aborto es un fenómeno similar en toda América Latina. Hay muchas analogías de lo que pasa en México, en El Salvador hasta llegar a la República de Chile. Un factor en común es la intervención de ideas religiosas, dogmas y doctrinas en lo que debería ser un asunto puro de salud pública y derechos humanos de las mujeres. Otro elemento convencional es la confusión entre aborto y homicidio en razón del parentesco. Mientras que en el delito de aborto la ley dice resguardar al producto de la concepción, en el ilícito de homicidio en razón del parentesco lo que se tutela es que no privemos de la vida a nuestra hermana, padre, esposa, tío, etc.

Amnistía Internacional con organizaciones no gubernamentales del Salvador han logrado identificar más de 20 casos, en donde, mujeres que abortaron son acusadas de homicidio.

En México también ha sucedido este problema, como se observa del caso de Dafne McPherson en Querétaro, misma que estuvo dos años en prisión acusada de homicidio. En México y en la República de El Salvador el método que aplican los expertos para determinar si alguien nació vivo es la prueba de docimasia pulmonar. Este método aparece en los libros de historia de la medicina, hay personas que señalan que ya se practicaba hace 1500 años, sin embargo, la cita más sólida viene del siglo XVII. Es increíble que con los avances que tiene la ciencia nos regresemos unos 400 años atrás. Nuestro México tiene muchos problemas en cuanto a pruebas periciales en todos los procesos de investigación criminal, sin embargo, en el delito de aborto se ejemplifica a cabalidad: se realiza una prueba, tal y como lo dictan los libros de historia de la medicina. Esto es como llevar un juicio con tortura, operar sin anestesia o comunicarnos con palomas mensajeras. La ciencia ha demostrado la falibilidad de la prueba, cómo realizarla de mejor manera, y otras pruebas que ofrecen mayor certeza.

El último punto de conexión es la reforma procesal penal. La República del Salvador fue de los primeros países, de América Latina, en transitar de un sistema mixto-inquisitivo (inquisitivo por cierta alusión a la inquisición) a un sistema mixto-acusatorio (lo que se relaciona con un juez imparcial y publicidad). La reforma tuvo críticas, hubo falta de recursos para su implementación y hacerla sostenible en el largo plazo, y los gritos de justicia (a toda costa) ahogan cualquier oportunidad de un juicio llevado conforme al debido proceso. En México la reforma procesal penal del 2008 ha salido a flote más o menos. Ya existen puntos que generan preocupación como el Estado de México o Guerrero, y no parece que existan recursos para seguirla implementado, sostenerla y corregir lugares como el Estado de México.

El delito de aborto devela con toda claridad los vicios de un sistema de procuración y administración de justicia puesto que la acusada tiene tres círculos de vulnerabilidad, de los cuales se aprovecha el sistema, a saber: género, generalmente su condición económica y estar acusada en un sistema de justicia muy perfectible. Lo mismo sucede en nuestro país que en otros lugares de Latinoamérica. Sería prudente tomar la experiencia de todo el continente y utilizar las mejores prácticas para abordar el tema de aborto -o- podemos seguir con una prueba del siglo XVII, con clamores de justicia abstracta y tomando una cuestión de derecho humanos como un asunto de fe.

@jangulonobara

El delito de aborto es un fenómeno similar en toda América Latina. Hay muchas analogías de lo que pasa en México, en El Salvador hasta llegar a la República de Chile. Un factor en común es la intervención de ideas religiosas, dogmas y doctrinas en lo que debería ser un asunto puro de salud pública y derechos humanos de las mujeres. Otro elemento convencional es la confusión entre aborto y homicidio en razón del parentesco. Mientras que en el delito de aborto la ley dice resguardar al producto de la concepción, en el ilícito de homicidio en razón del parentesco lo que se tutela es que no privemos de la vida a nuestra hermana, padre, esposa, tío, etc.

Amnistía Internacional con organizaciones no gubernamentales del Salvador han logrado identificar más de 20 casos, en donde, mujeres que abortaron son acusadas de homicidio.

En México también ha sucedido este problema, como se observa del caso de Dafne McPherson en Querétaro, misma que estuvo dos años en prisión acusada de homicidio. En México y en la República de El Salvador el método que aplican los expertos para determinar si alguien nació vivo es la prueba de docimasia pulmonar. Este método aparece en los libros de historia de la medicina, hay personas que señalan que ya se practicaba hace 1500 años, sin embargo, la cita más sólida viene del siglo XVII. Es increíble que con los avances que tiene la ciencia nos regresemos unos 400 años atrás. Nuestro México tiene muchos problemas en cuanto a pruebas periciales en todos los procesos de investigación criminal, sin embargo, en el delito de aborto se ejemplifica a cabalidad: se realiza una prueba, tal y como lo dictan los libros de historia de la medicina. Esto es como llevar un juicio con tortura, operar sin anestesia o comunicarnos con palomas mensajeras. La ciencia ha demostrado la falibilidad de la prueba, cómo realizarla de mejor manera, y otras pruebas que ofrecen mayor certeza.

El último punto de conexión es la reforma procesal penal. La República del Salvador fue de los primeros países, de América Latina, en transitar de un sistema mixto-inquisitivo (inquisitivo por cierta alusión a la inquisición) a un sistema mixto-acusatorio (lo que se relaciona con un juez imparcial y publicidad). La reforma tuvo críticas, hubo falta de recursos para su implementación y hacerla sostenible en el largo plazo, y los gritos de justicia (a toda costa) ahogan cualquier oportunidad de un juicio llevado conforme al debido proceso. En México la reforma procesal penal del 2008 ha salido a flote más o menos. Ya existen puntos que generan preocupación como el Estado de México o Guerrero, y no parece que existan recursos para seguirla implementado, sostenerla y corregir lugares como el Estado de México.

El delito de aborto devela con toda claridad los vicios de un sistema de procuración y administración de justicia puesto que la acusada tiene tres círculos de vulnerabilidad, de los cuales se aprovecha el sistema, a saber: género, generalmente su condición económica y estar acusada en un sistema de justicia muy perfectible. Lo mismo sucede en nuestro país que en otros lugares de Latinoamérica. Sería prudente tomar la experiencia de todo el continente y utilizar las mejores prácticas para abordar el tema de aborto -o- podemos seguir con una prueba del siglo XVII, con clamores de justicia abstracta y tomando una cuestión de derecho humanos como un asunto de fe.

@jangulonobara

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