/ martes 16 de enero de 2018

Guatemala vs el mundo árabe

Durante mi tradicional estancia decembrina en la hermana República de Guatemala tuve especial cercanía para percibir las reacciones ante la decisión del presidente Jimmy Morales Cabrera de respaldar la aventurada e imprudente decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital del Estado de Israel, así como la de trasladar la embajada de Guatemala de Tel Aviv a Jerusalén.

La medida asumida por Trump desató indignadas manifestaciones de protesta en los territorios palestinos y tensión diplomática en el mundo ya que, en lugar de fortalecer el proceso de pacificación tan larga y frustrantemente procurado en esta explosiva región, está desmoronando los difíciles y precarios acuerdos de paz alcanzados en Oslo en 1993. Viola además la resolución 478 adoptada en 1980 por el Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se reafirmó que “la adquisición de territorio por la fuerza es inadmisible”, en alusión concreta a la situación de Jerusalén, cuya zona Este debe ser capital de la desplazada Palestina.

EU únicamente obtuvo los votos a favor del propio Israel, de 4 islas del Pacífico Sur, de un único país africano; más Honduras con su presidente Juan Orlando Hernández, urgido de reconocimiento. El caso menos comprensible es el de Guatemala, quien no tiene una situación de dependencia tan grave y además cuenta con una importante y favorable balanza comercial con l8 de los 24 países de la Liga Árabe.

Guatemala, por cuestiones atípicas es el principal productor mundial de un condimento alimenticio singularmente caro; el tercero de mayor precio después del azafrán y la vainilla. Se trata del cardamomo que se consume muy poco en Guatemala, a pesar de ser el principal exportador del mundo. Los compradores del cardamomo son los países de la Liga Árabe. Ya en 1994 el entonces presidente Ramiro de León Carpio, en inicial acto de torpeza, quiso trasladar la embajada de Guatemala de Tel Aviv a Jerusalén y la enérgica reacción de sus clientes de cardamomo, lo obligaron a rectificar su irreflexiva decisión.

Hoy, olvidando este ilustrativo antecedente histórico, la administración del otrora comediante Jimmy Morales, quiso ser sumamente condescendiente con el Israel del cavernícola Benjamín Netanyahu y con la postura de Trump por lo que, además de su innecesario voto en contra de la resolución de la ONU, anunció el traslado de su embajada de Tel Aviv a Jerusalén. Esta irreflexiva decisión convierte a Guatemala en el único país del mundo que moverá su embajada a Jerusalén junto con EU. El brutal riesgo de atentados por parte de los abundantes movimientos extremistas es de incalificable insensatez.

amartinezv@derecho.unam.mx  

@AlejoMVendrell

Durante mi tradicional estancia decembrina en la hermana República de Guatemala tuve especial cercanía para percibir las reacciones ante la decisión del presidente Jimmy Morales Cabrera de respaldar la aventurada e imprudente decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital del Estado de Israel, así como la de trasladar la embajada de Guatemala de Tel Aviv a Jerusalén.

La medida asumida por Trump desató indignadas manifestaciones de protesta en los territorios palestinos y tensión diplomática en el mundo ya que, en lugar de fortalecer el proceso de pacificación tan larga y frustrantemente procurado en esta explosiva región, está desmoronando los difíciles y precarios acuerdos de paz alcanzados en Oslo en 1993. Viola además la resolución 478 adoptada en 1980 por el Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se reafirmó que “la adquisición de territorio por la fuerza es inadmisible”, en alusión concreta a la situación de Jerusalén, cuya zona Este debe ser capital de la desplazada Palestina.

EU únicamente obtuvo los votos a favor del propio Israel, de 4 islas del Pacífico Sur, de un único país africano; más Honduras con su presidente Juan Orlando Hernández, urgido de reconocimiento. El caso menos comprensible es el de Guatemala, quien no tiene una situación de dependencia tan grave y además cuenta con una importante y favorable balanza comercial con l8 de los 24 países de la Liga Árabe.

Guatemala, por cuestiones atípicas es el principal productor mundial de un condimento alimenticio singularmente caro; el tercero de mayor precio después del azafrán y la vainilla. Se trata del cardamomo que se consume muy poco en Guatemala, a pesar de ser el principal exportador del mundo. Los compradores del cardamomo son los países de la Liga Árabe. Ya en 1994 el entonces presidente Ramiro de León Carpio, en inicial acto de torpeza, quiso trasladar la embajada de Guatemala de Tel Aviv a Jerusalén y la enérgica reacción de sus clientes de cardamomo, lo obligaron a rectificar su irreflexiva decisión.

Hoy, olvidando este ilustrativo antecedente histórico, la administración del otrora comediante Jimmy Morales, quiso ser sumamente condescendiente con el Israel del cavernícola Benjamín Netanyahu y con la postura de Trump por lo que, además de su innecesario voto en contra de la resolución de la ONU, anunció el traslado de su embajada de Tel Aviv a Jerusalén. Esta irreflexiva decisión convierte a Guatemala en el único país del mundo que moverá su embajada a Jerusalén junto con EU. El brutal riesgo de atentados por parte de los abundantes movimientos extremistas es de incalificable insensatez.

amartinezv@derecho.unam.mx  

@AlejoMVendrell