Por: Pascual de Jesús González
En México existen identificadas 68 etnias a las cuales pertenecen, autodefinidos como tal, más de 20 millones de indígenas mexicanos localizados prácticamente en todas las entidades federativas del país, y que sumados a una población mestiza que tiene una innegable herencia indígena, hacen una gran mayoría de la población en México.
Los indígenas mexicanos sumamos tantos que equivaldrían a la población de Guatemala, El salvador y Nicaragua juntos, es decir son como tal, un país propio dentro de México.
Por lo anterior, cualquier decisión de carácter nacional no puede estar ajena a la opinión, postura o participación y consecuente voto de las comunidades indígenas mexicanas.
Recientemente legisladores y organizaciones de la sociedad civil, impulsados por Nosotrxs, presentaron la iniciativa de Ingreso Vital. Misma que convocó a la sociedad en general a impulsar la autorización de un Ingreso Unico de Emergencia ante la pandemia de salud provocada por el COVID-19.
Cabe recordar que dicho ingreso emergente ha sido, sin emergencia sanitaria, una idea constante ya sugerida y discutida por las comunidades indígenas en México y, ante las actuales circunstancias, es una apremiante necesidad que de ignorarse significaría uno de los más graves abandonos para nosotras y nosotros.
No debemos perder de vista que, sin pandemia, siete de cada 10 indígenas del país viven en la pobreza y tres de cada diez está en condiciones de sobrevivencia, situación que hoy se ve seriamente agravada y tiene a millones de mexicanos con un futuro lleno de incertidumbre.
Por ello las comunidades indígenas agrupadas en diversas organizaciones de por lo menos 14 estados de la república, a traves del Movimientos de Pueblos, Comunidades y Organizaciones Indigenas, han decidido formalmente sumarse a esta iniciativa y apoyar desde sus espacios y trincheras la aprobación de este Ingreso Vital, que podría significar la posibilidad de tener condiciones de salir adelante para muchos de nosotros.
Durante esta pandemia, los indígenas hemos sido gravemente ignorados dentro de las respuestas de emergencia. Por ejemplo, hasta el día de hoy no hay un programa de salud dirigido específicamente a nosotras y nosotros. El Ingreso Vital es la esperanza de una muestra de solidaridad y apoyo en estos momentos tan difíciles para nosotrxs.
Los indígenas mexicanos no esperamos menos que eso.
