/ martes 31 de marzo de 2020

La lucha de las trabajadoras del hogar

Por: Elisa Romano Zavala


El poder de las historias, reside en la capacidad de poner un nombre, un rostro, luz y color a los dolores cotidianos que ocasionan la vulneración de derechos. Las historias nos permiten pasar de lo abstracto, a lo particular, a entender a una persona y su lucha y poder conectar con ella. Movilizan la empatía que es esencial para generar comunidad.


Este es el poder que congregamos en “Mi Trabajo Cuenta”, una comunidad virtual impulsada por Nosotrxs y CACEH, en el que trabajadoras del hogar a nivel nacional escuchan y comparten anécdotas e historias, y encuentran información sobre sus derechos y cómo organizarse para exigirlos. En este espacio, han podido compartir sus historias de lucha por una vida libre de discriminación, de exigencia de salarios justos, de seguridad social para ellas y sus familias, de oportunidades de crecimiento profesional, de tiempo de descanso y recreación… Historias de lucha por lo mínimo indispensable para vivir dignamente. Aquí, es gracias a las historias que construimos comunidad.


Hoy conmemoramos la lucha histórica de las trabajadoras del hogar, por el reconocimiento y la garantía de sus derechos, a través de dos historias de integrantes de la comunidad de Mi Trabajo Cuenta. Dos, de entre miles que hemos recopilado, la de Angy Tentle y Nately Guzmán, orgullosas trabajadoras del hogar.


“Yo empecé a trabajar desde los 13 años, no ha sido fácil pero aún así sigo en lo mismo, he conocido empleadores de todo tipo y gracias a mi esfuerzo y mi fortaleza no me he detenido, sigo trabajando de planta aunque la vida se vaya en el trabajo. Gracias al trabajo, tenemos para mantener a los hijos darles lo necesario, ayudar a los papás o abuelos esa es la satisfacción que yo tengo en poder ayudar a mis seres queridos. Ser empleada del hogar no es fácil, es un trabajo pesado y es como tener doble familia, doble responsabilidad, estar al pendiente de los dos lados, de la misma manera con respeto y entrega”.


“Yo tontamente me casé muy joven, viví por 10 años violencia familiar y por miedo de que nunca había trabajado, no sabía cómo sacar a mis hijos adelante. Una doctora me tuvo la confianza, me dio trabajo, ella siempre me presentaba como la encargada de su casa porque todo le solucionaba, me enseñó hasta a poner inyecciones para cuidar a mi abuela que tiene cáncer, me daba la oportunidad de estar al pendiente de mis hijos. Ahora vivo y estoy agradecida con la vida desde que tuve que tomar la decisión de ser madre soltera y sacar a mis hijos adelante; uno ya está graduado y el otro, está en la secundaria gracias a esos empleos… Solo les digo que sí se puede salir adelante solas, como madres solteras y no aguantar ni un insulto ni golpe más. Ahora soy felizmente dedicada a mis hijos y a mi trabajo”.



La lucha sigue, porque la opresión permanece. Haremos sonar cada vez más fuerte sus historias, hasta que la omisión, se convierta en indignación y exigencia colectivas. 30 de marzo, día internacional de las trabajadoras del hogar.

Por: Elisa Romano Zavala


El poder de las historias, reside en la capacidad de poner un nombre, un rostro, luz y color a los dolores cotidianos que ocasionan la vulneración de derechos. Las historias nos permiten pasar de lo abstracto, a lo particular, a entender a una persona y su lucha y poder conectar con ella. Movilizan la empatía que es esencial para generar comunidad.


Este es el poder que congregamos en “Mi Trabajo Cuenta”, una comunidad virtual impulsada por Nosotrxs y CACEH, en el que trabajadoras del hogar a nivel nacional escuchan y comparten anécdotas e historias, y encuentran información sobre sus derechos y cómo organizarse para exigirlos. En este espacio, han podido compartir sus historias de lucha por una vida libre de discriminación, de exigencia de salarios justos, de seguridad social para ellas y sus familias, de oportunidades de crecimiento profesional, de tiempo de descanso y recreación… Historias de lucha por lo mínimo indispensable para vivir dignamente. Aquí, es gracias a las historias que construimos comunidad.


Hoy conmemoramos la lucha histórica de las trabajadoras del hogar, por el reconocimiento y la garantía de sus derechos, a través de dos historias de integrantes de la comunidad de Mi Trabajo Cuenta. Dos, de entre miles que hemos recopilado, la de Angy Tentle y Nately Guzmán, orgullosas trabajadoras del hogar.


“Yo empecé a trabajar desde los 13 años, no ha sido fácil pero aún así sigo en lo mismo, he conocido empleadores de todo tipo y gracias a mi esfuerzo y mi fortaleza no me he detenido, sigo trabajando de planta aunque la vida se vaya en el trabajo. Gracias al trabajo, tenemos para mantener a los hijos darles lo necesario, ayudar a los papás o abuelos esa es la satisfacción que yo tengo en poder ayudar a mis seres queridos. Ser empleada del hogar no es fácil, es un trabajo pesado y es como tener doble familia, doble responsabilidad, estar al pendiente de los dos lados, de la misma manera con respeto y entrega”.


“Yo tontamente me casé muy joven, viví por 10 años violencia familiar y por miedo de que nunca había trabajado, no sabía cómo sacar a mis hijos adelante. Una doctora me tuvo la confianza, me dio trabajo, ella siempre me presentaba como la encargada de su casa porque todo le solucionaba, me enseñó hasta a poner inyecciones para cuidar a mi abuela que tiene cáncer, me daba la oportunidad de estar al pendiente de mis hijos. Ahora vivo y estoy agradecida con la vida desde que tuve que tomar la decisión de ser madre soltera y sacar a mis hijos adelante; uno ya está graduado y el otro, está en la secundaria gracias a esos empleos… Solo les digo que sí se puede salir adelante solas, como madres solteras y no aguantar ni un insulto ni golpe más. Ahora soy felizmente dedicada a mis hijos y a mi trabajo”.



La lucha sigue, porque la opresión permanece. Haremos sonar cada vez más fuerte sus historias, hasta que la omisión, se convierta en indignación y exigencia colectivas. 30 de marzo, día internacional de las trabajadoras del hogar.