/ sábado 17 de marzo de 2018

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  • Para ilustrar a Chomsky

1.-La piedra es el único objeto capaz de tropezar dos veces con el mismo hombre. Pero ni la piedra ni la sabiduría popular alcanzan al tercer estrellamiento con el pasado. El propio emérito lingüista Noam Chomsky, con todos los laureles de la filosofía, las ciencias cognitivas y sus otrora novedosas ideas libertarias y anarco sindicales debe haber quedado pasmado del sollozo cuando se encontró con nuestro adalid, y debe haber sufrido un áspero sobresalto de frustración profesional al constatar que su interlocutor no es capaz de hilar una frase completa de un solo jalón, y la plática habrá requerido dos auxiliares técnicos: uno para traducir del macuspanio, y otro para interpretar las muletillas.

2.-A pocos medios les pareció relevante recoger la nota, y no sería raro que al propio profeta no le hayan explicado que se trata de uno de los pensadores más influyentes del siglo XX, más allá de sus posturas ideológicas socialistas; que cambió literalmente el idioma de la teoría política y, más que nada, ha ilustrado su discernimiento en el afanoso estudio, la vasta preparación, el tenaz y constante floración cultural, y la sabiduría de quien se nutre de la Historia. De todas las ramas del conocimiento, que comparten, habrá versado la charla, cautivante al girar sobre Pannekoek y Orwell, casi coetáneos del imán que domina al dedillo.

3.-Tras darle una repasada y dejar boquiplático al pobre Chomsky que se consideraba padre de la filología del rompimiento, el amado líder salió volado a lo que mero le gusta, hechizar víboras y embelesar chachalacas a cada trastabillo de su dialéctica. La víspera de su triunfal paseíllo en el INE, donde pontificó el mismo evangelio que hace cuatro campañas y media, discurrió sobre quién decidirá Durazo que sean secretarios de la Defensa y de Marina, para seguir enajenando a nuestras Fuerzas Armadas.

4.-Justo cuando México demanda un estadista a la altura de nuestra historia, del prestigio del país, de nuestro futuro pero, sobre todo a la altura de los mexicanos; cuando tenemos tan actual el rompimiento de las sociedades hacia adentro merced de la perturbación de mequetrefes indignos y procaces que se vuelven verdugos de quienes, estafados en su buena fe, los votaron cegados por su carisma y parecieron saciar en el amado líder su muy inducida y acerba sed de venganza. Y cuando tenemos tan inmediato en la geografía la antítesis de nuestra manera de ser, en sátrapas que se atoran en sus propios engaños, como Maduro y Trump.

5.-Quizá los mercados financieros han aprendido de los amados líderes que mienten hasta en el estribillo, a entender sus contrasentidos, y en el caso de nuestro duce, que el Aeropuerto de México continuará su construcción como a la fecha y que se terminará pronto para que sea el polo de desarrollo más importante del continente, la obra de infraestructura del siglo, y la coronación del progreso de un país que, a pesar suyo, cree más en la verdad que en el espejismo, que no se dejó llevar a la destrucción social, y que extirpó el fantasma de un defraudador de conciencias que intentó por tres generaciones envenenar a los mexicanos entre nosotros mismos.

camilo@kawage.com

  • Para ilustrar a Chomsky

1.-La piedra es el único objeto capaz de tropezar dos veces con el mismo hombre. Pero ni la piedra ni la sabiduría popular alcanzan al tercer estrellamiento con el pasado. El propio emérito lingüista Noam Chomsky, con todos los laureles de la filosofía, las ciencias cognitivas y sus otrora novedosas ideas libertarias y anarco sindicales debe haber quedado pasmado del sollozo cuando se encontró con nuestro adalid, y debe haber sufrido un áspero sobresalto de frustración profesional al constatar que su interlocutor no es capaz de hilar una frase completa de un solo jalón, y la plática habrá requerido dos auxiliares técnicos: uno para traducir del macuspanio, y otro para interpretar las muletillas.

2.-A pocos medios les pareció relevante recoger la nota, y no sería raro que al propio profeta no le hayan explicado que se trata de uno de los pensadores más influyentes del siglo XX, más allá de sus posturas ideológicas socialistas; que cambió literalmente el idioma de la teoría política y, más que nada, ha ilustrado su discernimiento en el afanoso estudio, la vasta preparación, el tenaz y constante floración cultural, y la sabiduría de quien se nutre de la Historia. De todas las ramas del conocimiento, que comparten, habrá versado la charla, cautivante al girar sobre Pannekoek y Orwell, casi coetáneos del imán que domina al dedillo.

3.-Tras darle una repasada y dejar boquiplático al pobre Chomsky que se consideraba padre de la filología del rompimiento, el amado líder salió volado a lo que mero le gusta, hechizar víboras y embelesar chachalacas a cada trastabillo de su dialéctica. La víspera de su triunfal paseíllo en el INE, donde pontificó el mismo evangelio que hace cuatro campañas y media, discurrió sobre quién decidirá Durazo que sean secretarios de la Defensa y de Marina, para seguir enajenando a nuestras Fuerzas Armadas.

4.-Justo cuando México demanda un estadista a la altura de nuestra historia, del prestigio del país, de nuestro futuro pero, sobre todo a la altura de los mexicanos; cuando tenemos tan actual el rompimiento de las sociedades hacia adentro merced de la perturbación de mequetrefes indignos y procaces que se vuelven verdugos de quienes, estafados en su buena fe, los votaron cegados por su carisma y parecieron saciar en el amado líder su muy inducida y acerba sed de venganza. Y cuando tenemos tan inmediato en la geografía la antítesis de nuestra manera de ser, en sátrapas que se atoran en sus propios engaños, como Maduro y Trump.

5.-Quizá los mercados financieros han aprendido de los amados líderes que mienten hasta en el estribillo, a entender sus contrasentidos, y en el caso de nuestro duce, que el Aeropuerto de México continuará su construcción como a la fecha y que se terminará pronto para que sea el polo de desarrollo más importante del continente, la obra de infraestructura del siglo, y la coronación del progreso de un país que, a pesar suyo, cree más en la verdad que en el espejismo, que no se dejó llevar a la destrucción social, y que extirpó el fantasma de un defraudador de conciencias que intentó por tres generaciones envenenar a los mexicanos entre nosotros mismos.

camilo@kawage.com

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