/ jueves 6 de febrero de 2020

Que se rife el avión presidencial

El Estado mexicano ha tomado la decisión de rifar el avión presidencial, por ello, en las redes sociales, en las columnas de opinión y en los cafés se discute esta decisión con expresiones a favor y en contra. En mi óptica, el avión se debe rifar a la brevedad, pues no es uno de los grandes problemas del Estado mexicano. No es una de esas tragedias como los miles de desaparecidos, los homicidios, la falta de medicinas o los niños soldados en el estado de Guerrero.


El avión presidencial fue una mala compra del gobierno, como muchas otras malas decisiones que adopta cualquier administración, sin embargo, los alcances de esta determinación no se pueden comparar con la crisis de derechos humanos que atraviesa el país. Así las cosas, el destino que corra la aeronave no es trascendente para resolver de fondo los verdaderos problemas del país. En los debates de los asuntos públicos nos deberíamos de enfocar en las cosas que tienen impacto en el día a día de todos y todas las mexicanas.


La rifa de ese aparato no se compara con el problema que atraviesa la UNAM. En efecto, el paro en todas sus preparatorias y en algunas de sus facultades representan un problema nacional. Nos debería de preocupar más la educación de miles y miles de jóvenes que están pasando semanas o meses sin clases, las causas que provocaron el paro, y las posibles soluciones. Con la rifa del avión se discute si existe o no un arrendamiento financiero y su impacto en la posible rifa. Con la UNAM deberíamos de estar discutiendo que tipo de universidad queremos, y el eterno debate de los alcances de la democracia al interior de la Máxima Casa de Estudios.


El estado de Guerrero atraviesa una situación inusitada. Se observan videos y noticias en los medios de comunicación sobre la preparación de niños para ser grupos de autodefensas. Una de las cuestiones más graves que se han visto en nuestro país en los últimos años. Éste sí que es un asunto de interés nacional. Los niños, niñas y adolecentes son el futuro de nuestro México y no podemos dejar que su infancia se relacione con armas y violencia.


Las reformas legales y constitucionales, propuestas por el fiscal general de la República, ponen en riesgo las libertades de todas y todos los mexicanos. No es menor, retroceder unos 80 años en el sistema de impartición de justicia en materia penal. Ninguna transacción mercantil del Estado mexicano se puede medir con el problema de procuración e impartición de justicia en materia penal. Miles de personas pasan años en las prisiones sin alcanzar sentencia y estoy seguro que la reforma les afectaría más que la susodicha rifa.


La crisis de miles de desapariciones forzadas, el incremento en los homicidios, feminicidios, asaltos en carreteras y, en general, toda la seguridad pública son el verdadero problema de nuestra nación, en ello, debería de estar puesta toda nuestra atención. El Estado mexicano atraviesa muchísimos problemas a diario, pero toda discusión debe tener un orden para ir resolviendo las cosas. La seguridad, la salud y la educación deben ser las preocupaciones principales de un Estado y de su ciudadanía. Las transacciones mercantiles no pueden distraernos a la mitad de la situación que atraviesa nuestra nación.

El Estado mexicano ha tomado la decisión de rifar el avión presidencial, por ello, en las redes sociales, en las columnas de opinión y en los cafés se discute esta decisión con expresiones a favor y en contra. En mi óptica, el avión se debe rifar a la brevedad, pues no es uno de los grandes problemas del Estado mexicano. No es una de esas tragedias como los miles de desaparecidos, los homicidios, la falta de medicinas o los niños soldados en el estado de Guerrero.


El avión presidencial fue una mala compra del gobierno, como muchas otras malas decisiones que adopta cualquier administración, sin embargo, los alcances de esta determinación no se pueden comparar con la crisis de derechos humanos que atraviesa el país. Así las cosas, el destino que corra la aeronave no es trascendente para resolver de fondo los verdaderos problemas del país. En los debates de los asuntos públicos nos deberíamos de enfocar en las cosas que tienen impacto en el día a día de todos y todas las mexicanas.


La rifa de ese aparato no se compara con el problema que atraviesa la UNAM. En efecto, el paro en todas sus preparatorias y en algunas de sus facultades representan un problema nacional. Nos debería de preocupar más la educación de miles y miles de jóvenes que están pasando semanas o meses sin clases, las causas que provocaron el paro, y las posibles soluciones. Con la rifa del avión se discute si existe o no un arrendamiento financiero y su impacto en la posible rifa. Con la UNAM deberíamos de estar discutiendo que tipo de universidad queremos, y el eterno debate de los alcances de la democracia al interior de la Máxima Casa de Estudios.


El estado de Guerrero atraviesa una situación inusitada. Se observan videos y noticias en los medios de comunicación sobre la preparación de niños para ser grupos de autodefensas. Una de las cuestiones más graves que se han visto en nuestro país en los últimos años. Éste sí que es un asunto de interés nacional. Los niños, niñas y adolecentes son el futuro de nuestro México y no podemos dejar que su infancia se relacione con armas y violencia.


Las reformas legales y constitucionales, propuestas por el fiscal general de la República, ponen en riesgo las libertades de todas y todos los mexicanos. No es menor, retroceder unos 80 años en el sistema de impartición de justicia en materia penal. Ninguna transacción mercantil del Estado mexicano se puede medir con el problema de procuración e impartición de justicia en materia penal. Miles de personas pasan años en las prisiones sin alcanzar sentencia y estoy seguro que la reforma les afectaría más que la susodicha rifa.


La crisis de miles de desapariciones forzadas, el incremento en los homicidios, feminicidios, asaltos en carreteras y, en general, toda la seguridad pública son el verdadero problema de nuestra nación, en ello, debería de estar puesta toda nuestra atención. El Estado mexicano atraviesa muchísimos problemas a diario, pero toda discusión debe tener un orden para ir resolviendo las cosas. La seguridad, la salud y la educación deben ser las preocupaciones principales de un Estado y de su ciudadanía. Las transacciones mercantiles no pueden distraernos a la mitad de la situación que atraviesa nuestra nación.

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